8 cosas romanticas Con El Fin De hacer en Paris, la poblacion del Amor

8 cosas romanticas Con El Fin De hacer en Paris, la poblacion del Amor

La respiro al romanticismo sobre Paris de San Valentin

A principios de el s. XIX la capital francesa se regodeaba en la liberacion artistica y literaria que trajo consigo el Romanticismo, pero la realidad podri­a ser Paris siempre ha inspirado apego; es una cosa que permea todo el mundo las arrondissements (barrios) sobre la poblacion, en donde parejas de enamorados se relajan en jardines perfectos, cenan en bares de vinos a la luz de estas velas asi­ como pasean del brazo junto al Sena con la puesta de sol. Las ocasiones de el romance parecen infinitas, sin embargo, afinando un poco, estas son las 8 mas grandes ofertas romanticas de la urbe del apego.

1. Gozar la Torre Eiffel

Nunca es sobre extranar que la Torre Eiffel sea declarante de tantas propuestas sobre casamiento en Paris: subir los 3 pisos de este icono parisino de 324 m sobre longitud y contemplar las amplias vistas panoramicas de la ciudad es de lo mas sensible que Tenemos; asi­ como resulta aun mas irresistible con una copa de champan rosado en la mano, en el Bar a Champagne del ultimo vivienda. Para elevar todavia mas el roce sensible, esto hay que efectuarlo de noche, cuando la torre brilla cada hora en aspecto con mas sobre 20 000 luces doradas.

2. Hablar de ‘Je t’aime’ en Montmartre

Montmartre y su emblematica Basilique du Sacre-C?ur (la basilica del noble Corazon) seri­a punto de peregrinaje Con El Fin De romanticos empedernidos, Asimismo de de la gente religiosa. Las empinados peldanos se encaraman por la colina asi­ como llegan hasta las altisimas cupulas blancas de la basilica. Desde alla –desde las escalones de la entrada o desde el interior de la cupula principal– las vistas de la ciudad son efectivamente impresionantes.

Es deslumbrante penetrar en el mitico corazon sobre este barrio sobre artistas y ver el Musee de Montmartre, situado en la mansion del s. XVII a donde tuvieron sus estudios el pintor impresionista Renoir asi­ como la pintora realista Suzanne Valadon. El jardin –con un columpio de cuerda que cuelga sobre un arbol y recuerda a la pintura El columpio (1876) sobre Renoir– es especialmente sensible. Se puede ir paseando inclusive la place des Abbesses y destapar como se dice “Te quiero” en 250 idiomas en Le Mur des Je t’aime; dedicado al amor, hecho de baldosas sobre lava esmaltadas, seri­a labor de los artistas Frederic Baron y Claire Kito.

3. Contemplar a las romanticos franceses

Desde la place des Abbesses asi­ como andando en directiva sur se llega al Musee de la Vie Romantique, en el Las chicas Coreano son tan calientes barrio rojo de Pigalle, la localizacion a la vez incongruente e ideal. Esta mansion romantica de contraventanas verdes asi­ como un parque enmaranado se halla en un cenador empedrado al final de la avenida a la sombra de los arboles. Aca vivieron la escritora George Sand asi­ como el pintor Ary Scheffer, asi­ como las objetos que se exponen componen un esplendido flashback del Paris sobre la temporada romantica, cuando artistas como Chopin, Delacroix y otros frecuentaban las salones sobre esta vivienda.

Las obras de el pintor romantico Delacroix se pueden ver en el Louvre asi­ como el Musee d’Orsay (en los dos museos se puede participar en un entretenimiento sobre pistas sobre THATMuse inspirado en la tematica de el amor). Ademas se puede ver la casa-estudio de Delacroix, el Musee National Eugene Delacroix, y contemplar obras mas intimas igual que Cama desprovisto efectuar (1828). En el ambito sobre la escultura, la enorme referencia en este caso es Rodin: nunca Existen nada como dejarse inspirar por El beso (1889) asi­ como diferentes de sus curvilineas obras en el Musee Rodin.

El novelista Victor Hugo fue otro sobre los grandes romanticos franceses, asi­ como se inspiro en Notre Dame. De saber mas sobre el novio se puede visitar (a partir sobre) su casa-museo, la Maison sobre Victor Hugo, en place des Vosges, una plaza que se llena de parejas enamoradas cuando hace buen lapso.